Chris Watson-El Tren Fantasma

En primer lugar, definamos algo, Chris Watson es un maestro del sonido, sabe como captar sonidos en campo y trasmitírnoslo, eso era algo ya de por si sabido (por algunos, para los que no, ahora ya lo saben), y ahora Watson nos da una muestra más de su enorme talento, El Tren Fantasma, antes que nada nuevamente vayámoslos a las definiciones,  algunos estarán familiarizados con el trabajo de Watson, otros no, Watson alguna vez fue parte de los Cabaret Voltaire, esa banda que junto a Throbbing Gristle se dedicaron a “destruir la civilización” a mediados de los 70s, mediante sus experimentaciones con imágenes, sonidos y demás multi media, el grupo se caracterizaba por sus atrevidos colages de sonidos, la conjunción con poderosas imágenes (algunas bastante turbadoras), lo que les valió el repudio de algunas fracciones conservadoras en Inglaterra y el reconocimiento en círculos vanguardistas, si bien Watson se desmarcó de estos movimientos y su obsesión con el sonido lo llevó por otros caminos, su obra no dejo de ser relevante e interesante.

Watson se ha convertido en un biógrafo sónico del mundo, enfocado a grabar los sonidos a su alrededor y presentarlos de una manera única y original, inspirando a la vez emociones, imágenes u otros escenarios de una manera única, que si Watson no es un músico en toda la extensión de la palabra, no, no lo es, un compositor, tampoco, preferiría situarlo en la categoría de creador de documentales sonicos de este mundo, ya sea grabando el mundo nocturno, el lado salvaje de la naturaleza (en lo particular su grabación que más me ha impactado) con sus depredadores devorando a sus victimas, canciones de aves, etc, o los fenómenos de la naturaleza como la lluvia, el viento y las tormentas, una característica esencial del trabajo de Watson es que su principal instrumento no es una mesa de mezclas, el principal instrumento de Watson es el micrófono, lo que lo ha llevado a conseguir aparatitos de estos de fidelidad muy superior a la conocida, capaz de captar el aleteo de una mosca, la caída de la lluvia etc, Watson, lejos de llevarnos a sonidos alterados, reconstruidos, distorsionados o deformados como suelen hacer algunos artistas que trabajan con grabaciones de campo, nos entrega las grabaciones tal cual, su magia esta en la insistencia, en la perseverancia y en saber cuando acercar el micrófono y que tanto, escuché alguna vez que alguien dijo: “Watson es dios, dice: voy a grabar lluvia”, y llueve…”, tal vez Watson no sea dios, pero el detalle con el que nos muertas las cosas nos puede hacer pensar que estamos ante los ojos de quien pudiera ser el creador de estas maravillas.

El Tren Fantasma es un viaje en tren por mi país, México, siguiendo una larga ruta que va desde la zona noroeste hasta el sureste (de Los Mochis a Veracruz), a travesando montañas, cañones, túneles y acantilados, si bien el tren ha quedado lejos de ser un medio de transporte para viajar de manera veloz (por lo menos en México) la oportunidad de disfrutar de asombrosos paisajes es un atractivo importante de este medio.

La Anunciante abre el disco, el viaje inicia y Watson capta ese inicio del viaje, el constante ruido de los vagones avanzando, los frenos rechinando y el ir y venir de los pasajeros, el cambio de vías, material divino para cualquier re mezclador que busque sonidos poderosos, Los Mochis es un paseo por el lado salvaje, por una tierra hermosa cerca del mar, una tierra que aún no se ha convertido en una ciudad y dónde la naturaleza aún se resiste a ceder su lugar a lo urbano, tal vez un viaje por las cercanías de un pueblo, aves, gallos, perros, la campana, el tren se acerca, pareciera que el sonido fuera el narrador elegido por Watson para esta historia, los frenos se activan, la llegada a una estación.

La impresionante Sierra Tarahumara, con su fauna a pesar de lo inhóspito del terreno, un lugar mágico y ancestral,  poseedor de impresionantes paisajes que Watson perversamente pareciera ignorar a favor de sus sonidos, Watson capta las aves, el rugir del tren, su paso por túneles y la majestosa calma del lugar, en El Divisadero, Watson agrega algo de ritmos, manipula las grabaciones, las transforma por primera vez en este disco, algo inusual pero que te gancha nuevamente en el viaje, Watson nos pone al filo de algo, aunque aún no sabemos de que.

Watson nos trae un bello paisaje sónico, un mundo que no requiere de los humanos para mostrarse poderoso, amenazador y avasallador, el tren como una metáfora de la serpiente que avanza y que deja tras de si una estela, Watson nos demuestra una vez más que este mundo no nos necesita, que las máquinas poco a poco decaen, convirtiéndose en pasado, mientras que la naturaleza sigue ahí, que este mundo tiene sus propios “compositores” y que son de peso, que antes de cualquier nota musical o escala, esta el SONIDO.

Comments

  1. Anonymous1/27/2012

    Gran reseña, mis felicitaciones.

    Estoy ansioso por escuchar este nuevo trabajo de Watson. Los anteriores fueron increíblemente gratificantes.

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  2. Agradezco el comentario, de seguro no te decepcionará el disco, es de lo más más intenso, dinámico, y obviamente conceptual de los más recientes trabajos de Watson, saludos!

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